Descubriendo la parte norte de la isla, la parte más salvaje, nos encontramos con un pequeño cartel con un nombre y un pequeño desvío en medio del bosque. Hay un camino con gran desnivel que parece que no lleva a ninguna parte y en el que dan ganas de dar media vuelta. Pero sigue un poco más, es parte de su encanto, y te encontrarás con Cala Xuclar y su kiosko
Cala Xuclar es una invitación a que salgas del bullicio de la temporada y te encuentres con esa otra Ibiza que fue y que, si sabes buscar, todavía puedes disfrutar. Esa Ibiza que te conecta con eso que todos anhelamos, la vida sencilla y auténtica. Y cenar en verano en un kiosko con un producto sencillo pero exquisito, a la luz de unos farolillos, al lado del mar y con los pies en la arena.
Pescado fresco, producto local, todo muy rico, una playa pequeña, con poca gente, unos pocos barcos fondeados, una zodiac que viene y va, unas gambas a la plancha. ¿Qué más se puede pedir?
Eso sí, no te olvides de llamar y reservar. Porque no encontrarás mesa libre.